Había una vez un león mágico que tenía un colmillo muy afilado. Cuando el león murió se lo quitaron para hacer un colgante mágico.
Años más tarde en una tienda de antigüedades un hombre llamado Roge lo compró para hacerle un regalo a una niña llamada Emma.
Cuando Emma se ponía el colgante tenia la fuerza del león y no tenía miedo de nada.
Fin
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