Manuelita llega a casa. La sacamos a la terraza y a mi tortuga Margarita también. Como Manuelita es más grande pasó por encima de Margarita y casi la aplasta. Y lo vimos. Creemos que aplastarse es su saludo especial. Como son amigas, han compartido su comida. Por la mañana Margarita ha encontrado un sitio para esconderse. Debajo de una maceta.
FIN
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