-Gracias Miguel.
-De nada- dijo Miguel.
El caracol se fue, el niño se encontró con una niña llamada Sara y se hicieron amigos. Pero vino un diplodocus, los dos niños corrieron y no pararon de correr. El diplodocus se comió a Sara, pero como era herbívoro le dio mucho asco y la escupió. El diplodocus estaba hambriento.
Miguel y Sara se fueron a su casa y el diplodocus se quedó solo. Miguel trajo dos plantas y las lanzó a su boca gigantesca y se las comió. Sara trajo hierba y se la lanzó. El diplodocus se lo comió todo. Miguel se fue y buscó al caracol que no tenía amigos. Le presentó al diplodocus y fueron amigos para siempre.
FIN
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