Érase una vez un niño llamado Juan. Se tiró toda la tarde jugando y llegó la hora de cenar, cuando terminó se fue a la cama. Empezó a leerse un libro se quedó dormido. A la noche siguiente el libro había desaparecido, miró a la estantería y oyó una pequeña vocecita, era el libro, se estaba comunicando con otro libro. El niño le dijo:
- ¡Hola! y se hicieron amigos.
FIN
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